HERENCIA Y DELITO
El
delito es considerado por la criminología clínica como una conducta patológica,
anormal que daña y destruye; es la conducta de un individuo enfermo social, que
a través de la sanción penitenciaria debe ser curado y rehabilitado
socialmente. Mientras que, la víctima implica un diagnóstico del daño y de las
consecuencias sufridas por el delito, así como la asistencia, comprensión y la
aplicación de terapias individual y familiar a los fines de su recuperación por
la agresión y humillación sufrida.
El delito Es el resultado de la confluencia de fuerzas socio-políticas, vale decir, es el producto de consideraciones de poder, por lo cual se dice, que, es delito, lo que a quienes detentan el poder se les antoja o conviene. “El delincuente” No existe ninguna diferencia ni biológica, ni fisiológica, no psicológica entre el individuo calificado como delincuente, y aquel que no lo ha sido, el delincuente es una persona entera y completamente entera y completamente normal, que no presenta ni conjuga ninguna diferencia ontológica con el no delincuente.
El delito no es un fenómeno hereditario antropológica mente, ni psicológico.
El
delito es un fenómeno cultural, es decir aparece y desaparece de acuerdo a las
trasformaciones sociales.
No
hay delincuentes incorregibles, sino incorregido es decir no ha recibido tratamiento
de rehabilitación.
Actualmente no se
puede afirmar que la existencia de una tara hereditaria es explicativa de la
génesis del delito, dado que no es la enfermedad o la criminalidad lo que se
hereda, sino la predisposición.
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